Me gusta tomar un café aquí, delante de estos cuadros, de estas pequeñas joyas escogidas. Me compensan mucho, mucho, mucho, de las cosas de un mundo que pasa con la cresta empinada del dolor, y del que apenas queda un motivo para levantar la mano que no sea el de lanzar una súplica. ¿Me pones otro café que apacigue a un hombre con el mono manchado de Auschwitz?
Una huella al descubierto, tu inspiración
ResponderEliminarLo mejor de los frutos que existe en tu huerto.
Gracias por compartirlos.
Cálido abrazo.
Cuanta belleza en esta mágica eleccción de palabras , armonía de sonidos y movimientos.
ResponderEliminarUn besito cristalino.
Me encanta esta pintura, los colores, la sensación del ballet se siente.
ResponderEliminarBesos bailarina.
Un precioso poema, Carla, rebosante de sentimiento. Tus elecciones son estupendas.
ResponderEliminarMuchos besos.
Me gusta tomar un café aquí, delante de estos cuadros, de estas pequeñas joyas escogidas. Me compensan mucho, mucho, mucho, de las cosas de un mundo que pasa con la cresta empinada del dolor, y del que apenas queda un motivo para levantar la mano que no sea el de lanzar una súplica.
ResponderEliminar¿Me pones otro café que apacigue a un hombre con el mono manchado de Auschwitz?
Carlos
Cartas en la noche