Robert Hefferan
Sogneur
SogneurSoñador
Siempre me gustó todo lo que no tuve,
por eso me gustas más ahora
que ya no eres mía.
Y quisiera comerte
desde el vientre a la boca
en el centro del parque
para que nos llamaran indecentes.
Luis Felipe Comendador, página del escritor
***
![[Robert+Hefferan+++Dance003.jpg]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg723m9BY0gfROLvi4omlMO5dmghFDAja7KF1PtbnezEktgCwV477_UOCX80Icc7icakAIXJnT2-V12C2QdjY1NB1HMAWqT4iktxEOcEh-YMC2ybOd2jkMkc5QQDu_ndXD2pei_8Z7VkCk/s280/Robert+Hefferan+++Dance003.jpg)
qué sensualidad más hermosa, en pocos versos todo un arco iris de sensaciones
ResponderEliminarsaludos
Quedé cautivado con tu blog, esperaré a visitarlo a menudo para ver lindezas como ésta.
ResponderEliminarQué inmenso todo, poema y pintura, genila Luis Felipe, muy de verdad.
ResponderEliminarBesazos
HErmosa imagen y fogozos versos.
ResponderEliminarbesos
La pintura hiperrealista, tan poco apreciada en la actualidad, precisa de técnica depurada y firme vocación; es un placer para el espectador poder disfrutar de sus matices, como en el caso de esta bailarina que hoy nos traes, perfecta y liviana.
ResponderEliminarLos versos de Luis Felipe son perfectos compañeros, pues bien cierto es que sólo amamos con pasión lo que no tenemos o hemos perdido, o lo que creemos inaccesible.
Un fuerte abrazo, Carla
¿Y por qué no amar lo que se tiene? Recuerdo ahora la carta que escribe la esposa al amado y protagonista de la novela SEDA. Y lamento mucho, mucho, mucho, esa especie de dique que levanta la cotidianidad y que nos evita fluir hacia quien tenemos cerca, y cuyo paisaje resume tal vez mejor que ningún otro al hombre confuso que no sabe lo que vé, ni quien le mira, cuando se sorprende ante un espejo...
ResponderEliminar