Precioso, realmente un momento místico jugando con las libélulas al son de la música. Qué alfiler tan lleno de vida, como dice Ar Lor. Extraordinarios poema y pintura. Besazos.
Poco que decir del poema que no se haya dicho ya: místico, personal, íntimo, delicado, así como la bailarina que lo ilustra. Cordialísimos saludos, Carla
Ana Pavlova, ese "alfiler" que cambió la danza.
ResponderEliminarMuy bonito.
Un saludo, Carla
Precioso, realmente un momento místico jugando con las libélulas al son de la música.
ResponderEliminarQué alfiler tan lleno de vida, como dice Ar Lor.
Extraordinarios poema y pintura.
Besazos.
Un alfiler que rapta y alumbra. Pura delicadeza y alumbramiento en este breve poema.
ResponderEliminarBesos Carla. Siempre es lindao visitarte.
Mística belleza la de la bailarina que sostiene en sus puntillas la magia de la danza.
ResponderEliminarUn besazo, Carla
Tu sensibilidad es una delicia. Un abrazo.
ResponderEliminarUna gran muestra de arte.
ResponderEliminarEl baile,la pintura y el poema.
Se agrega la impresionante música de fondo.
Cuanto placer...por favor,...que bellezas.
Saluda Liliana desde Argentina.
Sensible y "afilado" poema, que pasa de "puntillas" y sin embargo queda dejando impronta.
ResponderEliminarUn gran abrazo musical
Me encantó este breve poema.
ResponderEliminarMe confieso melómano empedernido.
¡Adoro la pintura de la cabecera!.
Besos.
Precioso blog. Lo seguiré.
ResponderEliminarPoco que decir del poema que no se haya dicho ya: místico, personal, íntimo, delicado, así como la bailarina que lo ilustra. Cordialísimos saludos, Carla
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