Katya Gridneva
Abrirás los ojos
y escucharás las gotas
tras cortinas;
verás como mi espalda se dibuja en la luz
sobre tu cama.
Buscarás la noche entre las sábanas
y no hallarás mas que agua,
mariposas que se evaporan entre los dedos.
Toseré un poco, no debes preocuparte,
igual y es el reloj que ha parpadeado
o tu caricia que se ha salido de mi sueño.
Llenarás tus ojos con la piel
y buscarás la manera de quedarte,
de verme desnuda, con un puñado de sol
(en la mano) que no se va,
que nos toca a la puerta.
Despertaré y te habrás ido:
fuimos un punto en el mapa,
un sueño,
una llama.
Irma Torregrosa
3 comentarios:
Esa imagen me agrada enormemnte. Bs.
Una realidad soñada.
Nunca debe acabar.
El amanecer no debe separar los cuerpos que han disfrutado de verse, tenerse, poseerse...
Un abrazo, Carla.
Imagen preciosa.
El despertar es el momento más arriesgado del día. Preguntádselo a Gregorio Samsa, ya nos lo advirtió Kafka.
Salud
Francesc Cornadó
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