jueves

Y tú quieto, perfectamente quieto salvo el brazo con el que me flagelabas.

Laine Garrido



  • MI JARDÍN DE LOS SUPLICIOS
  • En el jardín secreto, bajo el árbol,
  • despacio, muy despacio, desataste mis trenzas
  • y luego, impetuoso, porque yo sentí frío
  • y terca me negaba, arrancaste mi ropa.
  • Con cíngulo de alta enredadera
  • la deslucida organza que sirviera de colcha
  • a la cuna común, experto me ceñiste.
  • En la callada hora, muy lejos de los padres,
  • con jugo de geranios la boca me teñías
  • y ajorcas vegetales en mis breves tobillos,
  • se enroscaron.
  • Bailé furiosamente.
  • Cual halo tras de mí henchíase la túnica,
  • en torno a ti crecían los aros de mis huellas.
  • Yo, tanagra diversa, evasivo laurel
  • y tú quieto. Perfectamente quieto
  • salvo el brazo con el que me flagelabas.
Ana Rossetti

De Los devaneos de Erato. 1980. Recogido con posterioridad en Indicios vehementes (Hiperión, Madrid, 1985)

5 comentarios:

HAMELIN dijo...

Muy lindo el poema de Ana Rossetti,
nunca había leido nada de ella,
un beso, Fede Hammelinn...
pd: te dejo un regalito...

El primer coro de la roca:

Se cierne el águila en la cumbre del cielo,
el cazador y la jauría cumplen su círculo.
¡Oh revolución incesante de configuradas estrellas!
¡Oh perpetuo recurso de estaciones determinadas!
¡Oh mundo del estío y del otoño, de muerte y nacimiento!
El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
infinita invención, experimento infinito,
trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
conocimiento del habla, pero no del silencio;
conocimiento de las palabras e ignorancia de la palabra.
Todo nuestro conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia,
toda nuestra ignorancia nos acerca a la muerte,
pero la cercanía de la muerte no nos acerca a Dios.
¿Dónde está la vida que hemos perdido en vivir?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?
Los ciclos celestiales en veinte siglos
nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.

T.S Elliot

Versión de Jorge Luis Borges

elena clásica dijo...

Increíble y transgresora Rossetti, única, personalísima, terrible y bellísimo el poema. La pintura ensalzando las zapatillas, ¿eh bailarina? Maravilloso Garrido.
Besitos.

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Vaya poemazo guapa..y al ver el cuadro de las zapatillas..que impacto!!
Excellent!!

Danube S. dijo...

Has elegido un Poema precioso, Carla.

Un beso
CLsT

femme d chocolat dijo...

Me encanta ese poema de la Rossetti


Y la imagen es perfecta

EL ALMA DE LA BAILARINA

EL ALMA DE LA BAILARINA
“El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del poeta, en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma de la bailarina, tiene su morada en todo su cuerpo” Gibran Khalil Gibran

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Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

El trabajo del cuerpo, eleva el espíritu y sosiega la materia.