Con lentitud sumisa
se mueve tu vestido,
las medias,
se van ajustando
a ritmo cadencioso.
Y tus zapatillas
que fueron mías
en esas tardes
al salir de tu
School of American Ballet.
El olor, su olor,
era tu olor
a mujer en movimiento
y no había descansos,
para nosotros no.
Me enganchabas
la espalda
con los muslos ardiendo todavía.
y nuestra función
música de Wagner.
Eras mi walkiria
y yo me dejaba, no lo niegues.
Los dos lo sabíamos,
todo consistía
en humanizar
a los dioses.
***
8 comentarios:
Tus letras reflejo de tus sentimientos...
Hermosa imagen y letras nos acercas en este día.
Ha sido un placer acercarse a tu espacio.
Gracias por compartir.
Cálido abrazo.
Gracias un bello poema.
Besos y amor
je
Un poema bellísimo, colmado de pasión ... una pintura delicada, sutil. Deliciosa
combinación.
Un beso.
Bella y muy concentrada se ve a la bailarina ¿en qué, o en quién pensará? será que está recitando para sus adentros este precioso poema?
Un abrazo Carla!!
Qué poema tan bonito, que pasa de la función del escenario a la función ardiente de la vida, que es tan poética y exaltada comola mejor danza consagrada, así se onsigue humanizar a los dioses, ah "eres mi walkiria", qué belleza, la misma que la de la carnalidad absoluta "me enganchabas la espalda con los muslos ardiendo todavía" prologongación del baile.
La pintura se identifica muy bien con tan exquisito y apasionado poema.
Besazos.
Todo consiste en humanizar a los dioses, pero también en divinizar al hombre...
Hola Carla. Gracias al blog de Carmen García, he podido conocer tu espacio, el cual me parece elegante y exquisito. Bellísimo poema el de Walkiria. Me parece genial la unión de la danza, la poesía y el arte. Desde ahora tienes un nuevo seguidor en el sur de España y te enlazo, con tu permiso, en mi blog de historia del arte. Si te apetece conocerlo, la dirección es: http://artetorreherberos.blogspot.com/. Saludos afectuosos.
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