Ven. Ven.
Así. Te beso.
Te arranco. Te arrebato.
Te compruebo en lo oscuro, ardiente oscuridad,
abierta, negra, oculta derramada golondrina,
oh tan azul, de negra, palpitante.
Oh así, así, ansiados, blandos labios undosos,
piel de rosa o corales delicados, tan finos.
Así, así, absorbidos, más y más, succionados.
Así, por todo el tiempo.
Muy de allá, de lo hondo,
dulces ungüentos desprendidos,
amados, bebidos con frenesí, amor hasta desesperados.
Mi único, mi solo, solitario alimento,
mi húmedo, lloviznado en mi boca,
resbalado en mi ser.
Amor. Mi amor.
Ay, ay.
Me dueles. Me lastimas.
Ráspame, límame, jadéame tú a mí,
comienza y recomienza, con dientes y garganta,
muriendo, agonizando, nuevamente volviendo,
falleciendo otra vez, así por siempre,
para siempre, en lo oscuro,
quemante oscuridad, uncida noche,
amor, sin morir y muriendo, amor, amor, amor, eternamente.
- Rafael Alberti
3 comentarios:
Hermoso, que bello es leerte.
Un abrazo
Saludos fraternos
Que pases un fin de semana maravilloso..
Querida Carla, qué buen compañero este rotundo poema de Alberti con la levedad de la bailarina, como si fueran día y noche, calor y frío... tan distantes y tan necesarios uno del otro.
Y una música para dejarse llevar.
Un fuerte abrazo
Que perfecta combinación...
De nuevo... Sublime
Saludos
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