Cruzas por el crepúsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.
Ángel González
.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.
Ángel González
.
1 comentario:
Querida amiga Carla, lo sugerido es tan personal, tan peculiar e imaginativo, que para mí va más allá de la posible realidad humana y se entremezcla con un fenómeno cotidiano pero bello, siempre cambiante, irrepetible día a día.
Es un bello y sugerente poema. Con Tchaikovsky, es mucho más intensa la subjetividad personal.
Un placer leer tus selecciones y oír tus gustos musicales.
Un abrazo.
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