miércoles

Pretexto

Caroline Knopf, photo





Una mujer música y espanto
me ha inventado la muerte sin quererlo
se me esconde en la tinta en el volver en la mirada

los muros se cansan sin su nombre
y se echan a endurecer
a recuperar polvo
polvo de una ciudad que no existe sin ella

sus huesos son los huesos del tiempo

una mujer me ha vedado el antojo de ser yo
le ha roto el alma a la mirada
desde los puentes han caído las cenizas
hambrientas del hambriento
la señalaron le esparcieron las culpas en la sombra
y yo no pude envejecer entre sus muslos
su ombligo no atrapó mis manos

la tarde no nos salvó

de lo intocable y de la nada
no consigue un soñarse una mujer
sigue lo prohibido clavado en mis riñones

soy solo y ardo como un accidente

este poema no es otra cosa que un pretexto
para quedarme con ella

aparte en un rincón
están mis labios crudos
esperando.


  • Alejandro D. Herrera Sarduy



  • FELIZ AÑO 2011
  • GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE

sábado

Está mi tiempo acomodado...

Paul Freeman


Está mi tiempo acomodado
entre el amor y el desaliento.
Cada día,
con la memoria más pequeña
y la mirada más pendiente de la mar,
atiendo la gangrena de esta casa
que se me muere
por donde ayer solíamos
entrecruzar las velas de la carne.

Ya no rezo,
no corrijo la arruga que va del labio al alma,
ni me sorprende si la mano izquierda enloquecida parte
allá donde declinan las palomas.
Todo está por hacer:
desde morir
hasta plegar tu traje que de tanta quietud
se queja de la nuca.
Todo viene bajando por mi espalda
como río que parte hacia lo oscuro,
y quedo sola
sin la vejez de tus zapatos,
sin el olor a sal de tus axilas,
sin tu abrigo muriendo en el perchero.
Quedo sola,
como mujer de la fotografía,
con la raya del pelo bien trazada,
la blusa haciendo frente al tiempo-sepia
y en los párpados,
y en la boca,
dolorida la música que cantan los ausentes.


  • De Cartas a Ulises de una mujer que vive sola, 1991
  • Ángela Reyes



Paul Freeman




Oye cómo se aman los tigres...

Pal Fried, (American/Hungarian, 1893-1976)



Oye cómo se aman los tigres
y se llena la selva con sus hondos jadeos
y se rompe la noche con sus fieros relámpagos.
Mira cómo giran los astros en la eterna
danza de la armonía y su silencio
se puebla de susurros vegetales.
Huele la espesa miel que destilan los árboles,
la leche oscura que sus hojas exudan.
El universo entero se trenza y destrenza
en infinitas cópulas secretas.
Sabias geometrías entrelazan las formas
de dulces caracoles y de ingratas serpientes.
En el mar hay un canto de sirenas.
Toca mi piel,
temblorosa de ti y expuesta a las espinas,
antes que el ritmo de mi sangre calle,
antes de que regrese al agua y a la tierra.


  • Piedad Bonnett


El Después

Charles Gilbert Kapsner





El Después


Penetro tu sintaxis corpórea
en la inmediatez del grito,
deambulo en la memoria de tu cuerpo
y me quedo:
Exhausta
Original
Trascendente,
siendo un mantra en nuestros hilos de respiración.

En el después, se arrincona una mirada inexistente
un viento de paloma en el hueco del mundo
el parto de dos huesos crudos expandiendo el origen
un titular que no nos habla sino desde el regreso.

Recorro entonces, el reposo
lentamente en un movimiento entregado a la materia inicial
del fragmento
que nos corta.


  • CARLA VALDÉS DEL RÍO
  • Chile, 1985


EL ALMA DE LA BAILARINA

EL ALMA DE LA BAILARINA
“El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del poeta, en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma de la bailarina, tiene su morada en todo su cuerpo” Gibran Khalil Gibran

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Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

El trabajo del cuerpo, eleva el espíritu y sosiega la materia.