sábado

Algún día encontraré una palabra...

Lorraine Christie




Algún día encontraré una palabra
que penetre en tu vientre y lo fecunde,
que se pare en tu seno
como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.

Hallaré una palabra
que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
que contenga tu cuerpo
y abra tus ojos como un dios sin nubes
y te use tu saliva
y te doble las piernas.
Tú tal vez no la escuches
o tal vez no la comprendas.
No será necesario.
Irá por tu interior como una rueda
recorriéndote al fin de punta a punta,
mujer mía y no mía,
y no se detendrá ni cuando mueras.





  • Roberto Juarroz
  • Poesía vertical, 1958




domingo

Instructivo para amanecer

Katya Gridneva






Abrirás los ojos

y escucharás las gotas

tras cortinas;

verás como mi espalda se dibuja en la luz

sobre tu cama.

Buscarás la noche entre las sábanas

y no hallarás mas que agua,

mariposas que se evaporan entre los dedos.

Toseré un poco, no debes preocuparte,

igual y es el reloj que ha parpadeado

o tu caricia que se ha salido de mi sueño.

Llenarás tus ojos con la piel

y buscarás la manera de quedarte,

de verme desnuda, con un puñado de sol

(en la mano) que no se va,

que nos toca a la puerta.

Despertaré y te habrás ido:

fuimos un punto en el mapa,

un sueño,

una llama.



Irma Torregrosa


viernes

Otro día sin verte

Moche Kohen






Otro día sin verte, sin poner mis pupilas

encima de tus trampas.

Quiero decir: encima de tus rodillas sin cicatrices,

de tus labios amameyados, de tus afiladas

rencillas rojas, de tus palabras claves

que continuamente preguntan si te entiendo.

Otro día sin verte, otras horas

de amarte a cielo abierto,

de acariciarte en un aire ya sujeto

por mi collar de uñas enterradas.


  • Francisco Hernández: San Andrés Tuxtla, Veracruz , 1946.




domingo

Tráeme un hilo de seda

Ilya Zomb




Tráeme un hilo de seda,

delgado y transparente,

enhebrado en la aguja del olvido.



Haz que sea invisible,

no es bueno que se noten las puntadas.

Dame una hebra muy fina,

que no dañe al coser el alma herida.



Busca adornos de flores,

sonrisas y esperanzas,

que cubran cicatrices y zurcidos.



Tráeme un hilo… cualquiera,

urge coser los trozos

que me quedan.









Esperanza Medina
, "Armadura de azúcar", Dolmen Editorial. Palma de Mallorca 2010




EL ALMA DE LA BAILARINA

EL ALMA DE LA BAILARINA
“El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del poeta, en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma de la bailarina, tiene su morada en todo su cuerpo” Gibran Khalil Gibran

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Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

El trabajo del cuerpo, eleva el espíritu y sosiega la materia.