domingo

Anoche volvió, me entregó una espina

Hamish Blakely





Cuando el hombre llegó me ofreció un ramo de rosas, yo deseaba un
espejo; me negué a aceptarlas.
Sonrió y se marchó en silencio.
Pasaron seis meses hasta que apareció con un violín, yo deseaba una esfera; me negué a aceptarlo.
Sonrió nuevamente y se marchó en silencio.
Anoche volvió, me entregó una espina.
La acepté silenciosamente, entonces el hombre se deshizo delante de mis ojos atónitos.
Ahora cargo mi espejo, mi espacio y mi espina pero sigo deseando la arena de su cuerpo que desapareció con la última ofrenda.



  • CATALINA SOJOS
  • Ecuador
  • Cuenca 16-Abril-1951


***

viernes

SÁLVAME

Stephen Pan





SÁLVAME

Mis ojos, por tu cuerpo reclamados,
de su hermosura avisan, amplio torso devastan
y en la estrecha cadera contiénense aturdidos.
Sin indulgencia alguna muestran al labio hambriento,
de cerezas mordientes, la semilla
y al igual que en mis dedos el más ardiente roce
de tu piel se presagia, de la amatista intrusa
e irisado pezón, en mi confusa lengua
avívase su tacto.
Las feroces punzadas de un turbador augurio
procura apaciguar mi inasaltado vientre,
pero es vano el combate del que ya ha sido herido.
Y es un abismo el goce, el anhelo locura,
s tu nombre invocado amarga extenuación
y tu cuerpo inminente rigurosa medida
de mi infierno.
De este insaciable afán dicen que has de salvarme.
Pero lo cierto es que enfebrecida aguardo
y que puedo morir antes de que me toques.


  • Ana Rosseti

***

sábado

Bonito el color del pelo de esta señorita

Andrew Atroshenko




Bonito el color del pelo de esta señorita, bonito el olor
a abeja de su zumbido, bonita la calle,
bonitos los pies de lujo bajo los dos
zapatos áureos, bonito el maquillaje
de las pestañas a las uñas, lo fluvial
de sus arterias espléndidas, bonita la physis
y la metaphysis de la ondulación, bonito el metro
setenta de la armazón, bonito el pacto
entre hueso y piel, bonito el volumen
de la madre que la urdió flexible y la
durmió esos nueve meses, bonito el ocio
animal que anda en ella.


Gonzalo Rojas



***

viernes

Ni soberbia ni pálida...

Tu Zhiwei






  • Ni soberbia ni pálida,
  • la bailarina fue largamente lamida por el tiempo,
  • hasta hacer de sus ojos un fruncido cráter bajo las cejas,
  • hasta convertir sus piernas en las combas y crueles patas de la u.
  • Sólo altiva en medio de las voces que convocan,
  • a la fiesta, al sudor o al morirse
  • —su propio quedar deshecha— en medio de la plaza.
  • Aplaudimos sus bríos, los trucos que antaño le enseño la suerte.
  • Regresa de todo ya, y más que el cuerpo, vemos el momentáneo trazo,
  • el castañetear en el aire, el esqueleto que vence con gravedad la onda.
  • Pero al final, cuando los brazos dibujan unas astas rojizas entre lo oscuro,
  • dejamos la danza, nos quedamos con el signo.
  • Tiene una luminosa ausencia.

  • Roberto Méndez : Camagüey, Cuba- 1958


***

lunes

Amor brilla en los ojos de mi amada

Hugo Vilfred Pederson (Danish, 1870-1959)





Amor brilla en los ojos de mi amada,
y se torna gentil cuando ella mira:
donde pasa, todo hombre a verla gira
y a quien ve tiembla el alma enamorada.


Anochece si esconde su mirada,
y por volverla a ver todo suspira:
ante ella la soberbia huye y la ira;
bellas, honrad conmigo a mi adorada.


Feliz mil veces quien la ve y la siente;
al nacerle el alma al punto empieza
todo humilde pensar, toda dulzura,


y no sabe, almirarla sonriente,
si en ella se excedió naturaleza,
o el milagro gentil tanta hermosura.


*


sábado

ELLA PONE SU FRENTE

Alan White




ELLA PONE SU FRENTE

Ella pone su frente y espera lo que ama:
la esquina de su vestido sobresale
al otro lado de la puerta de la noche.

Ella husmea los ruidos que le llegan,
lame galopes, silbidos y sirenas,
abre rincones rojos con su respiración.

Ella tiene en su plato una nevada
y un incendio en su taza
para velar al que se aleja.

Ella sueña descalza por las habitaciones
pisando el aire amigo de la muerte.

(de El abismo en la pared)


FERNANDO LUIS CHIVITE

Mito

Kei Haga





mito
Oliverio Girondo
Mito
mito mío
acorde de luna sin piyamas
aunque me hundas tus psíquicas espinas
mujer pescada poco antes de la muerte
aspirosorbo hasta el delirio tus magnolias calefaccionadas
cuanto decoro tu lujosísimo esqueleto
todos los accidentes de tu topografía
mientras declino en cualquier tiempo
tus titilaciones más secretas
al precipitarte
entre relámpagos
en los tubos de ensayo de mis venas.



***

EL ALMA DE LA BAILARINA

EL ALMA DE LA BAILARINA
“El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del poeta, en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma de la bailarina, tiene su morada en todo su cuerpo” Gibran Khalil Gibran

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Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

El trabajo del cuerpo, eleva el espíritu y sosiega la materia.