sábado

En los días de lluvia

Scott Mattli







En los días de lluvia

En los días de lluvia
siento el reclamo de tu amor
con esa nitidez del agua
que limpia el verdor de los jardines
y los hace nuestros y prodigiosos
y quisiera ser por un momento tierra,
para sentir el roce de tus pies desnudos
en el jardín de las delicias prohibidas,
y alzarme rosa para acariciar tu rostro.



Neus Aguado, Argentina, 1955

La musa

Photo, Juergen Isberner





La musa




Cuando es noche entrada y espero que llegue,
me parece la vida pendiente de un hilo.
Gloria, juventud, libertad quedan pálidas
ante ella, que trae una flauta en la mano.


Entró. Al quitarse el velo
me miró fijamente. ¿Eres tú
-le pregunto- quien dictaba
a Dante su Infierno? Y responde: - Yo.



  • Anna Ajmátova
  • Rusia (Bolshoj, 1889 - Komarovo, 1966)




A medianoche

Constantine Lvovich





A medianoche me despierta la lluvia, un aguacero,
el viento azota las hojas, orejas
enormes, plumas enormes,
como un animal perseguido, un perro
gigantesco o un cerdo salvaje. Truenos y ventanas
que se estremecen; del tejado metálico
cae una tromba de agua.

Estoy tumbada bajo el mosquitero,
enredada en una tela húmeda, el pelo lleno de sal.
Cuando escampe habrá luciérnagas
y estrellas, más brillantes que en cualquier lugar;
podría contemplarlas en momentos
de pánico. Están a años luz, si lo piensas.

A la porra la poesía, es a ti a quien deseo:
tu sabor, la lluvia
en tu cuerpo, mi boca en tu piel.



  • Margaret Atwood (Otawa.1939)



Y allí pongo mi boca...

Lorraine Christie




Unas palabras son inútiles y otras
acabarán por serlo mientras
elijo para amarte más metódicamente
aquellas zonas de tu cuerpo aisladas
por algún obstinado depósito
de abulia, los recodos
quizá donde mejor se expande
ese rastro de tedio
que circula de pronto por tu vientre,

y allí pongo mi boca y hasta
la intempestiva cama acuden
las sombras venideras, se interponen
entre nosotros, dejan
un barrunto de fiebre y como un vaho
de exudación de sueño
y otras cavernas vespertinas,

y ya en lo ambiguo de la noche escucho
la predicción de la memoria:
dentro de ti me aferro
igual que recordándote, subsisto
como la espuma al borde de la espuma
mientras se activa entre los cuerpos
la carcoma voraz de estar a solas.


José Manuel Caballero Bonald

Obedezca mi piel a los sentidos...

Katya Gridneva




Obedezca mi piel a los sentidos
y venza mi saliva el crisol
de tu cuello que, como caramelo,
habrá de deshacerse lentamente
en mi boca.
Que dance tu latido
entre los pliegues de mis ansias
y, por mi infierno,
fieras palomas vuelen
al paso de la noche;
pues, sin permiso,
antes de que amanezca habré bebido
ese licor amargo
que ya con estos ojos
hoy he saboreado.

  • De Esther Garboni en Tarjeta de embarque


EL ALMA DE LA BAILARINA

EL ALMA DE LA BAILARINA
“El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del poeta, en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma de la bailarina, tiene su morada en todo su cuerpo” Gibran Khalil Gibran

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Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

El trabajo del cuerpo, eleva el espíritu y sosiega la materia.