Casi un cuento
Él susurró que lo mejor sería
no enamorarse,
ella no le llevó la contraria,
para qué si se sabía vencida.
Ante todo se dejó acariciar
por sus manos manchadas de ternura.
Eso sí,
no se enamoró de sus manos.
Más tarde no impidió que sus labios
muy lentos la abrasaran,
pero tuvo cuidado,
no se enamoró de sus labios,
y aunque tampoco se opuso a que su lengua
la hiriera sin remedio,
no se enamoró de su lengua
ni de sus ojos ni de su voz
ni de la palidez que le subía a la cara
entre los besos,
esa palidez que a ella más y más la arañaba.
Pero tuvo cuidado y no se enamoró.
No, no se enamoró.
Para qué si se sabía vencida.
Una y otra vez volvieron a encontrarse.
Sin amor.
Eso sí,
felices como niños.
- Ángeles Mora
- Córdoba, 1952
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9 comentarios:
alguna que otra vez hemos dicho lo mismo, como siempre una delicia visitarte Carla
Un abrazo enorme
Estupendo el poema,alguna vez que otra hemos dicho lo mismo....deberiamos aprender.
Carla en mi blog tienes un premio.
Besitos
Precioso blog.
¡Enhorabuena!
¿A qué buscar la lumbre si de tu cara sale la brasa viva? Así reza una poesía popular, pues aquí parece ocurrir lo mismo, ¿y para qué discutir por amor? Por amor no, no.
Eso sí que el enamorado nunca se olvide de la felicidad.
Qué preciosa entrada, el juego de la luz de Hefferan es de órdago, ¡y tanto!
Besazos.
Clara, te doy la bienvenida a mi blog, donde faltaba la sutileza de la danza.
Por medio de Francesc encontré tu blog y me ha encantado. Mi hija también baila.
Un abrazo y pasaré de nuevo por aquí.
¿ El amor es cuando los dos están conformes ?¿ Cuando llegan a un pacto ?? Miro alrededor y parece que es así.
Buen poema y la pintura que delicia, con esas cortinas como tules.
Un gusto delicioso el tuyo Carla.
Te dejo un bso grande y mi deseo de una buena semana.;-)
La pintura una verdadera delicia. El poema, excitante, pero...todo aquello, todo lo demás, se me olvidó, ya no recuerdo nada. Un abrazo.
Hola Carla, qué precioso poema para enamorarse de él. Un abrazo
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