lunes

Como entonces, quieren escuchar el cuento...

Alexi Zaitsev





Arde el cielo del estío, y se desliza
la barca en calma por el agua lisa.
Íntima cae la tarde con delicia.

Cual aves en su nido están tres niñas,
el ojo alerta y el oído atento,
porque escuchar el cuento las cautiva.

Los años aquel cielo han alterado.
ecos tan sólo quedan, recuerdos vanos;
Ante el rocío otoñal cede el verano.

Sin embargo me ronda, vago espectro,
Alicia, de un extremo al otro del cielo:
Niña a la que no ven ojos despiertos.

Como entonces, quieren escuchar el cuento,
el ojo alerta y el oído atento,
las tres niñas, como aves en silencio.

Invaden un país de maravillas;
Dormir, soñar, mientras pasan los días,
dormir, en tanto que el verano expira.

Es como ir por un caudal corriendo,
ligero y fugaz como un destello.
La vida, dime, ¿es algo más que un sueño?


Lewis Carroll

**


6 comentarios:

aapayés dijo...

Que lindo poema nos entregas..
gracias por compartirlo..


Un abrazo
Saludos fraternos...

Mmmonettt dijo...

pues si, es una pintura bellísima. la has hecho tú?
Me gusta mucho tu serie de danzantes.
Como arriba preguntas que "si alguna idea" , a mi me gustaría que pintaras otros nobles oficios para así deleitarme con tu buen arte.

samsara dijo...

Nagyon kedves. Kár, hogy nem tudok spanyolul. Nincs véletlen linked az angol versre? Kösz
/Very kind. Do you have a link on the english poem? Thanks

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Que hemosura de pintura con esas tres nenas bailarinas, llenas de arte y ternura.

Muy bueno recordar a Lewis Carroll.

Un abrazo querida bailarina.

helena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
sus(ana) dijo...

una preciosidad de pintura y unos versos engalanados para la ocasión

un abrazo

EL ALMA DE LA BAILARINA

EL ALMA DE LA BAILARINA
“El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del poeta, en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma de la bailarina, tiene su morada en todo su cuerpo” Gibran Khalil Gibran

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Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

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El trabajo del cuerpo, eleva el espíritu y sosiega la materia.