martes

Los juncos se movían, las ramas de los álamos...

Gusev Vladimir





Los juncos se movían,
las ramas de los álamos,
la hojarasca,
el agua en el estanque,
las agujas del pino.

Y más acá
la sangre de los hombres
se mecía también,
poseída
de tanto movimiento.

Y más, y aún más acá,
ya en el centro del alma,
temblaban las palabras,
al golpear los labios,
para nombrar, sin más,
los juncos del arroyo,
el rumor de los pinos,
la sangre, la hojarasca.



  • La danza;
  • Miguel Florián




Gusev Vladimir


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3 comentarios:

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Delicadas pinturas!!
Exquisitas palabras...

elena clásica dijo...

Bellísimo, bellísimo. Así es como la poesía está llena de colores, de apalbras, de alma, de sange, de movimiento. Una delicia de poema y de imágenes, bueno, y la música, sin palabras...
Recibe un caluroso y admirativo abrazo.

José Ramón dijo...

Maravilloso Blog lleno de Arte sonoro,visual,y literario. Un Cordial Saludo

EL ALMA DE LA BAILARINA

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“El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del poeta, en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma de la bailarina, tiene su morada en todo su cuerpo” Gibran Khalil Gibran

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Beatrice Appleyard, dancer, England, 1934

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El trabajo del cuerpo, eleva el espíritu y sosiega la materia.